A lo largo de la vida en pareja, ocurren muchos sucesos nuevos, que podrían poner en peligro la armonía y estabilidad inicial de la misma, uno de ellos es el nacimiento de los hijos, así como este evento, puede traer felicidad y alegría a la vida familiar, los cambios que genera el nuevo miembro de la familia, podría transformar la dinámica de la pareja, uno de ellos, es la falta de tiempo para compartir en pareja, un bebé requiere dedicación y esto acorta los momentos que anteriormente la pareja tenía en un 100%.
Es bien sabido que la mujer a nivel hormonal genera muchos cambios, que afectan su estado de ánimo, su interés sexual, incluso su apetito y sueño; todos estos sucesos, pueden cambiar el comportamiento de la mujer, volviéndose apática, cansada, triste, entre otras; sin embargo, no hay que olvidar que aunque el padre no sufrió los cambios hormonales propios de la mujer, a nivel emocional, también experimenta nuevas emociones en su nuevo rol de padre, que son importantes de atender; la mayoría de las personas se centran en la madre y el hijo, pero nadie pregunta al padre como se ha sentido al respecto, y esto es importante para la armonía familiar.
Algunas recomendaciones para la pareja en esta nueva etapa son: No olvidar la comunicación, hablar frecuentemente acerca de sus emociones y del nuevo rol de padres, de sus necesidades, inconformidades y alegrías; entender, documentarse de los cambios que puede ocurrir en cada uno de ellos, si es necesario, consultar con expertos, que ayudarán a adaptarse a esta nueva situación.
La pareja debe construir una red de apoyo consistente, para seguir con su vida de pareja, mientras otros cuidan al nuevo miembro de la familia. Es importante clarificar los roles, ahora aparece uno nuevo, que es el de ser padres, pero no se puede olvidar el rol de pareja que fue el que los unió.
Viviana Pita Vargas
Mg Psicología Clínica