En algún momento de nuestra vida hemos sentido que necesitamos ayuda de algún profesional, para superar nuestras limitaciones, pero a ¡quién acudir?, ahora que está en auge el tema del coaching, es importante aclarar, las funciones de cada uno, para saber a quién conviene pedir ayuda.
Según la Escuela Internacional de Negocios, éstas serían las funciones principales de un coach:
- Ayuda a fijar metas individuales o profesionales.
- Proporciona un enfoque claro.
- Hacer de la persona alguien mejor. La motivación es la herramienta más empleada por un coach.
- Fomenta el aprendizaje continuo.
- Descubre nuevas habilidades en los clientes.
Mientras que el psicólogo, utilizando herramientas como pruebas psicológicas, test, entrevistas, etc, hace una evaluación profunda y detallada, acerca de la condición del consultante, si existe una psicopatología, y a partir de allí establece un plan detallado de intervención, con unas metas y estrategias terapéuticas claras.
La formación profesional del psicólogo y más si es clínico, permite abordar diferentes tipos de problemáticas, desde psicopatologías graves, tales como depresión, ansiedad, trastornos bipolares etc, hasta orientación en como criar a los hijos, mientras que el coach, su campo de acción es más limitado, este se forma para acompañar al consultante a la consecución de sus metas, motiva, orienta, acompaña, pero no puede tratar psicopatologías, excepto que tenga la formación para ello.
Teniendo claro esto, se puede elegir cual es la ayuda idónea, dependiendo cada circunstancia en particular, lo más importante es entender, que para que existan resultados, se necesita asumir la responsabilidad de nuestras problemáticas, asumir una actitud positiva frente al cambio, y la esperanza de que todo puede cambiar, de lo contrario, no interesa al profesional que se elija, todo seguirá igual.
Viviana Pita Vargas
Mg Psicología